por Naresh Giangrande de Transition Training
[traducción parcial y adaptación libre del libro Transition Handbook, pág. 215-217]
John Croft, coordinador de Gaia Foundation de Australia Occidental, desarrolló lo que llama el método “Dragon Dreaming” tras examinar cientos de proyectos alrededor del mundo, proyectos medioambientales, de justicia social o comunitarios.
Se dio cuenta de que hay cuatro etapas en los proyectos exitosos:
soñar o visualizar
planificar
hacer
celebrar y evaluar
Se dio cuenta también de que el 90% de los proyectos fracasaban al ir más allá de la primera etapa. Del 10% restante, otro 90% fracasaba en ir más allá de la segunda etapa. Esto significa que (sólo) el 1% de los proyectos realmente se ponen en marcha y hacen lo que se propusieron. En un esfuerzo por incrementar esta baja proporción de éxito, desarrolló la propuesta Dragon Dreaming. Su mensaje es que cada uno de estos cuatro pasos es esencial para que tu proyecto salga bien. Omite algún paso y el proyecto fracasará invariablemente.
Cada proyecto es un encuentro entre la persona originadora (cualquier proyecto, mantiene Croft, cobra vida como el sueño de una persona) y el entorno, y entre la teoría y la práctica.
De cualquier forma, tiene que haber un balance entre el/la originador/a con su idea y el entorno donde el proyecto está siendo lanzado en esta etapa antes de ir al próximo paso.
La clase de preguntas hechas en esta etapa son:
¿Qué pasaría si...?
¿Qué/cómo parecería esta clase de proyecto?
¿Qué piensas, te parece una buena idea?
¿Puedes imaginar nuestra población con...?
¿No crees que si la gente tuviese acceso a... sería estupendo?
Esta es la etapa en un proyecto donde la idea es trabajada, donde tiene lugar la investigación. La clase de preguntas que necesitan ser formuladas en esta fase del proyecto son:
¿Cómo haremos que esto suceda?
¿Quién lo va a diseñar?
¿Cuántas personas tendrá el equipo?
¿Qué habilidades nos faltan, o tenemos?
¿Cómo podríamos financiarlo?
Es el principio donde una idea abandona la etapa conceptual y aborda el mundo exterior. ¿Hay ya ideas similares ahí fuera? ¿Qué podemos aprender de otros modelos exitosos? ¿Qué necesitamos para que nuestra idea adquiera forma práctica en el mundo?
Aquí es donde la idea se implementa. Algo real y tangible toma su lugar.
Aquí se celebra el éxito del proyecto y se consideran los fracasos y las dificultades antes de comenzar el ciclo de nuevo.
¿Ha alcanzado el proyecto tus expectativas?
¿Ha conseguido los objetivos fijados por ti, o por tus financiadores?
¿Puede ser, o debería ser, hecho más u otra vez?
¿Ha cubierto todo su grupo de clientes objetivo?
¿Qué fases del proyecto fueron bien?
¿Qué fases fueron difíciles?
¿Fueron todas/os recompensadas/os apropiadamente?
¿Fue divertido trabajar en el proyecto?
¿Fue el trabajo duro adecuadamente gestionado con recursos, o recayó en el trabajo y compromiso insostenible de una persona?
¿Creció personalmente la gente que trabajó en él, adquirió nuevas habilidades u obtuvo satisfacción personal de todo su duro trabajo?
¡Y ahora puedes/podéis celebrarlo! Lo has/habéis hecho. Es importante a nivel grupal y personal celebrar e integrar la nueva confianza, habilidades y consciencia que se tiene. ¡Una de las tareas será encontrar una forma adecuada para celebrar! ¡Si esto suena como una faena, entonces ya sabes qué parte del proyecto es débil!
Para momentos de bajón o de desconfianza (propia o ajena), viene bien recordar esta cita, aplicable también a proyectos en determinadas circunstancias:
Toda verdad pasa por tres etapas.
Primero, es ridiculizada.
Segundo, es violentamente objetada.
Tercero, es aceptada como obvia.
Arthur Schopenhauer